“Los transportistas del centro del país tienen miedo de venir al estado Bolívar, porque entre la inseguridad, las alcabalas y sus tarifas extraoficiales, y la escasez de gasolina, venir les resulta cada vez menos rentable. Nos están aislando y no nos quieren dar respuesta de por qué nuestro estado recibe un trato desigual con respecto al resto del país”, afirmó Luis Arturo Núñez, presidente de la Cámara de Comercio del municipio Caroní.
Algunos establecimientos comerciales, sobre todo del centro de Puerto Ordaz, están con pocos productos o vacíos. “A mí me traen la carne de Upata, que está aquí mismo, y desde hace dos semanas el camión no ha venido por falta de gasolina”, dijo un comerciante que prefirió hablar bajo anonimato y es dueño de una carnicería.
A principios de julio comenzó un nuevo plan de racionamiento de gasolina, en el que se atiende un terminal de placa de vehículo por día en tres estaciones de servicio y venden solo 30 litros de combustible. La poca eficacia de la medida queda en evidencia por las enormes filas de carros que hay en las avenidas de la región.
“En un estado con una extensión de 240.528 km², con más de 1,411 millones de habitantes, pensar en habilitar únicamente tres estaciones de servicio demuestra una incapacidad de entender la realidad del estado y de su gente. El plan es inviable desde el principio”, declaró el presidente de Fedecámaras Bolívar, Austerio González.
En zonas como Upata decenas de comercios han cerrado y los dueños de los locales que todavía siguen abiertos, están obligados a acudir al mercado negro, donde un litro de gasolina se vende en 2 y 4 dólares.
Los comerciantes también se quejaron del sistema 7+7, aplicado por el gobernante Nicolás Maduro bajo el argumento de cuidar a la población del COVID-19. Consideran que la medida, lejos de proteger a la población del coronavirus, acentúa la crisis económica.
ElPitazo
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