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Upata cumple 261 años de fundada bajo el embrujo mágico de la poesía y la gesta libertaria


📝(Fredys Marrero CNP 18.406)


Un 07 de julio de 1762 fue la fundación definitiva de La Villa de San Antonio, con familias canarias  y la guía espiritual de los padres capuchinos catalanes

Upata.- (Nota especial) La ciudad de Upata cumple 261 años de su fundación, en medio de la investigación  queremos compartir con nuestros paisanos y paisanas, agrupados con cientos de familias provenientes de allende mares, lo cual sería inmenso mencionar sus nacionalidades.

 Sin embargo en nombre del gentilicio piarense, damos las gracias a esas familias que han permitido engranar los cambios necesarios, para alcanzar los logros decantados en una mejor calidad de vida y es un momento estelar de unir voluntades en lo político, social, económico, religioso, sobre todo, desprenderse de mezquindades personales, en aras de cristalizar el interés colectivo.

Asumiendo responsabilidad en relación a la historiografía de Upata, hoy hacemos llegar sabias y mágicas palabras escritas por el profesor Ángel Romero, en ese momento cronista oficial del municipio Piar, publicadas bajo el titulo Génesis y evolución de la poesía upatense,  suscritas en el pórtico del libro Colinas y Colindantes, publicado por el Fondo Editorial Predios, en el año 1993.

Poesía de la selva

“… El  pueblo de Araya fue doble solución… peregrinación de Israel hacia el Jordán, fue la del pueblo de Araya  hacia el Caroní. Larga, tediosa;  ratos entre serranías, ratos entre  chaparrales  y  entre soles y  lunas. Noches de Luna llena que inspiraban  los  versos  del peregrino, Poesías   viajeras que hablan de montañas, de llanuras, de mastranto; poesías de serpientes, de aves, de lagunas, de ríos  sobre el paisaje variante que desaparecía a  espaldas del transeúnte.

De Araya venían, como sus padres de España,  con lo poco  que la aridez salitrosa  le  permitió poseer: algunas reses, unos cerdos, unas gallinas, las campanas y los enceres  de una iglesia destruida y muchos hijos. Ya no eran  militares, ni hacendados, ni españoles, ni americanos. En sus almas los recuerdos de una tierra lejana,  percibidas en relato familiares, contrastaba  con la realidad de un suelo real,  donde no encontraban el olor de sus raíces. El Color  de la piel, el idioma y las costumbres,  eran la antítesis del aborigen. Olvidados de España y sin  antecedentes  en el suelo que pisaban; iban  sin rumbo entre veredas y quebradas, entre cerros y llanos hacia la tierra prometida”. 

Poesía de la tierra 

“Hupata… up-ata… Upata… Villa  de San Antonio de Upata; circundada de colinas, entre sistemas montañosos: Imataca. Antiguo como la primera piedra del planeta,  parte primaria del  Escudo Guayanés. Pastora, formadora de oro, leyenda de corsarios y ambiciosos andariegos;  grito  de riquezas que repercuten  en la Europa Decadente y Corrompida. Roraima, cordilleras perdidas hacia lo profundo; vientre de  diamante. Upata, río de cristal donde la leyenda nativa  hacia la fabulosa  serpiente de colores, que ornaba con sus matices,  el plumaje abigarrado de los pájaros del bosque: la serpiente gigante, Yocoimá, en la lengua del primitivo arinogoto”.

Tierra fresa de ensueño

…El 7 de Julio llegaron los capuchinos al valle de Hupata(Upata),  dieron un giro completo  sobre sus plantas y vieron colinas la norte, al este, al sur al oeste y un río que reptaba  cristalino desde el cerro  El Toro, rumbo al Orinoco.  En el valle más hermoso clavaron el tronco y bendijeron la tierra nueva: La Jerusalén de los peregrinos de  Araya. Ahora perdían  no solo el mar sino, también, el gentilicio. A partir de este  7 de julio  de 1762 se designarían Upatenses; vecinos de las misiones de Cupapuy, Santa  Rosa y Altagracia. Moradores de un valle fértil, verde;  de clima agradable y suave vislumbrante de futuros  y tesoros…  

“El upatense sintió una sensación nunca igualada. Se sintió parte de un continente. Era más que un grupo selvático perdido entre los tonos verdes de los montes. Era americano. La fuerza de Bolívar,  de Mariño, de Piar, henchía sus venas y el grito de América se inflamaba en sus gargantas:… Un mundo nuevo para una raza nueva…

“El huracán  de la Revolución dio vuelta a  la  página de la historia upatense. A partir de 1817, todo cambió  en la vida y las costumbres. Las ideas impresas convocaban  a los pueblos  libres a las conquistas de metas magníficas. A la redimensión de la mente. Y aunque pocas personas tenían el privilegio de leer y escribir, la República tomaba las providencias por extender  la instrucción…

“La imprenta llegaría a Upata desde Cumaná,  traída  por Don Pedro Cova,  ilustre  cumanés, que  bajo su  dirección en 1858, publicó  El Guaica, éste periódico  no solo recogía  los sucesos cotidianos,  sino,  también, los versos de los primeros  Bardos que publicaron en Upata, las críticas, las lecturas de clásicos Europeos y Americanos y la práctica de la escritura  estilizada fue fluyendo  en las  páginas  de los periódicos.

Tomando extracto de este  resumen literario  esbozado por el Cronista Ángel Romero, destaca que después del Guaica, siguieron EL Promotor 1865, El Faro 1872, Horizontes 1887. Dos años después de la muerte de Don Pedro Cova 1892, se publicó  El Caroní 1894, El  Látigo 1897. De 1901 al 1920 aparecería  El Guayanés, El Heraldo Upatense, El Derecho, El Yocoima, El Ecos, El Aviador, El Impulso, El Espartaco, El Kamarografo, El Boletín, El Progreso, El Relator y La Imprenta.

“En 1922 vio la luz  El Alba por el talento y la destreza de las hermanas Anita y Henriqueta Acevedo Castro, con una duración  de 20 años y posteriormente fueron publicados El Ciudadano, El independiente, El Compañero, El Minero, El Bicentenario, Upata Libre, El Miedo, El Upatense y en la década de los 90 El Tepuy.”

Es importante destacar que los poetas  siguieron escribiendo y cantando, así aparecen las obras de Juan Francisco Girón y la maestra Isaura Gómez de Ayala, Efraín  Inaudy Bolívar. Al canto de esta poesía van madurándose  los poemas de Dina Piera Di Donato, Gisela Gruber, Miguel Scala Piñatel, Leonel Ramos, Eligio González, Pedro Suárez, Hened y Abraham Abraham, Carlos Villaverde, Roger Vilaín y tantos otros, que por numerosos no es posible abarcar en lo breve de un pórtico y por cuya omisión pido disculpas.”

Destacamos que hechos sobresalientes en esta amena crónica, relatada por el insigne profesor Ángel Romero, cronista oficial del municipio Piar; …( los primeros centros educativos de Upata fueron: Escuela Federal para Niñas (1870), dirigida por la maestra Teotiste Vargas de Campo, Escuela Federal para Varones (1875), dirigida por el profesor Luis Mora, Escuela Normal Yocoima (1944), la escuela Federal Morales Marcano (1920) y la escuela Federal Humboldt (1930)”.

El primer hospital 

…El Hospital de Caridad Jesús Crucificado, fue fundado en el año de 1912, bajo los auspicios de una asociación benéfica  denominada “Sociedad de Caridad”, su solo nombre sintetiza el noble propósito  que anima a este conjunto social”.

…entre los médicos que presentaron brillante servicio a este hospital, sobresalieron los doctores Eduardo Oxford, José Miguel Alcalá, Agustín R. Hernández, Pedro F. Arreaza y Raúl Van Praag, entre otros”.

Cavilando en voluminosos apuntes recopilados por el profesor Ángel Romero, también en esta hermosa conmemoración de los 261 años de fundada la ciudad de Upata, se puede destacar algunos hechos sobresalientes en  ese largo transcurrir…” Upata la del General Manuel Piar, reclutando indios para luchar en la batalla de Chirica el 11 de abril de 1817, Upata de Pedro Cova, introductor de la primera imprenta, en el año 1857, Upata la del brillante historiador José Manuel Siso Martínez, para escribir entre 1940 y 1960 su valiosa historia de Venezuela, la Upata con su armónico y sabroso Café Yocoima, que abarca desde el mes de abril de 1945, hasta nuestros días  con Don Ramón Antonio Salazar, como pionero y su prole familiar ha mantenido esa tradición hasta la actualidad”. Cierro la cita.

  Upata, en su concepción etimológica proveniente de la lengua indígena, es bien sabido que significa mi sitio, mi lugar, mi tierra… y desde esa referencia ancestral, el hecho de conmemorar los 261 años de su fundación definitiva, los Upatenses sentimos la aureola que destelló la sangre derramada por nuestros libertadores en procura de romper el yugo español, esto lo digo; sin ningún tipo de revanchismo ni retaliaciones en contra de ese triste episodio de esclavitud perpetrada en los pueblos conquistados desde 1492.

Legado

 Hoy con muchas toneladas de conflictos en todo el orden social establecido, avizoramos que nuestros gobernantes responsables del poder ejecutivo, legislativo, judicial, moral, el pueblo organizado, en sana convivencia colectiva, decanten el sueño bolivariano de darle al soberano la mayor suma de felicidad posible, Simón Bolívar, fue en su momento guía necesaria para lograr un caro proyecto basado en la unión suramericana, y entre muchísimas dificultades internas, sobresalió para dejar en su historial el sello indeleble, de ser El Libertador de cinco naciones.

 Y por supuesto Upata, fue eje central en su aporte a la causa republicana, desde 1817 con la entrada apoteósica del General Manuel Piar a Upata, se suscitó un total desenvolvimiento de empatía con la población nativa indígena, el ingreso del general Piar a nuestra querida Upata, fue por el  puerto de Caruachi, con pernocte en La Misión de Altagracia, recordemos que para ese histórico momento, estaban bien establecidas las misiones de Santa María, Cupapuy y San Antonio.

Ya para la tarde del 06 de febrero de 1817, Piar y su ejército ingresó a la población upatense, donde sus habitantes le dieron un recibimiento de gran alborozo, dictó un enérgico decreto en beneficio de los nativos, lo cual reconocía los derechos sociales, económicos y de reconciliación en todos los estratos que convivían en su grupo local, trato que fue de gran beneficio para la causa libertaria, porque los indígenas se incorporaron al ejército republicano, pusieron su mano de obra a disposición en la actividad productiva de la región.

Sobremanera, resalta la figura gigante de Tomás Caurima, indio que nació en las faldas del cerro El corozo, quien se incorporó a las filas revolucionarias y como conocedor de todas las correrías de las manadas de ganado vacuno, caballos, mulas y pertrechos militares escondidos por las tropas realistas; fue un baluarte en la captura de más de 500 caballos, mulas y aporte con sus compañeros de clase, que formaron parte del ejercito de flecheros y lanceros, claves en la monumental Batalla de Chirica, efectuada el 11 de abril de 1817 donde el general Piar, se llenó de gloria y a la postre es reconocido como El Libertador de Guayana y su consiguiente sucesos en beneficio de la Patria.

Así a partir de allí, fue posible la aparición del Correo del Orinoco, en 1818,  El Congreso de Angostura, en 1819, La Batalla de Carabobo, en 1821, La Batalla de Boyacá, La Batalla de Pichincha; porque nuestro ejército, teniendo como jefe supremo al Libertador Simón Bolívar, desde ese momento con la provincia de Guayana libre, dispuso de alimento seguro para sus tropas, un amplio horizonte de vías acuáticas, con entrada y salida por el majestuoso rio Orinoco, eje Apure, también con ventajas comparativas hacia el mar Caribe y el Atlántico, que fue no solo de provecho militar, sino de intercambio comercial y por supuesto un seguro desplazamiento de las tropas republicanas, que a la postre permitió ese gigante recorrido y sueño bolivariano de libertar políticamente Venezuela, Colombia, Perú, Ecuador y creación de Bolivia. Proyecto que lamentablemente por infinitas rivalidades internas entre los líderes con hegemonía política, con la muerte del Libertador en 1830, se derrumba La Gran Colombia y empieza otro ciclo de caudillos en cada región.

Después de esa mencionada separación, nuestra ciudad de Upata, siente los rigores de los cambios políticos del momento, así en 1835, Upata regenta un inmenso territorio que comprende desde el norte del rio Orinoco, hasta la frontera con Brasil, distribuida esa zona, en 27 parroquias, bajo la nominación de Cantón Upata, centro de gobierno en su totalidad. Luego en 1873,  bajo la presidencia del general Antonio Guzmán Blanco, se efectúa una división territorial y se crea El Departamento Guzmán Blanco, capital Upata, Departamento Roscio, capital Guasipati.

Como complemento de esta celebración de los 261 años de haberse fundado la ciudad de Upata, es importante destacar que la jurisdicción de Piar, sufrió una modificación territorial “el 29 de junio de 1961, se le segregó el Distrito Caroní,  para conformar el Distrito Caroní y en 1995 se le segregó el área territorial  de El Palmar, para crear  el Municipio Padre Pedro Chien”, información suministrada por el actual Cronista de la ciudad de Upata licenciado Eligio González. 

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