Publicidad
Publicidad

Más de 100 años de historia escrita sobre el calipso y la Negra Isidora

La meta según los cultores del ritmo es que se logre su reconocimiento internacional

Hace una década, el calipso era solo un ritmo musical más en el resto del país; pero la constancia, la difusión, el ADN del bolivarenses y en especial de los pobladores de El Callao y su pasión por demostrar a todo el mundo que la vida fluye, a través de cada letra y el golpe del bumbac (instrumento base), hizo que se considerada Patrimonio Histórico Inmaterial de la Humanidad y que en Venezuela este ritmo tenga su día nacional este 17 de agosto.

La historia

El pueblo de El Callao se funda en 1854 y aunque fue en 1856, bajo la presidencia de José Tadeo Monagas que llega la abolición de la esclavitud, los hombres y mujeres afrodescendientes provenientes de las islas del Caribe, como Santa Lucía, Saint Martins, Dominica, Islas Vírgenes, entre otras, llegaron como esclavos para ser mano de obra barata en el tema agrario.


Aunque físicamente estaban dominados, agotados y encerrados, por las noches daban rienda suelta a su voz, expresando esa libertad del alma que hoy se volvió cultura y se podría decir que hasta un estilo de vida.


Sin instrumentos y totalmente a capella expresaron una armonía que representaba el sentir de todo un colectivo, que servía para reflejar situaciones políticas, sociales y para expresar su inconformidad por el trato laboral.


No fue sino hasta el año 1870, en la presidencia de Antonio Guzmán Blanco, que se incorporaron las empresas mineras extranjeras. Este hecho aunque trajo desarrollo a la zona, la realidad se mantuvo para los negros y negras así que de manera rudimentaria con cueros de ganado y usando los propios picos de las palas como percusión agregaron a su armonía un ritmo que hoy se conoce como el calipso.


El calipso suena en el estado Bolívar todo el año y en toda fiesta o celebración. El ADN del bolivarense siente y sabe que el calipso corre por sus venas. Es un ritmo que ha trascendido y hasta la cultura japonesa ha llegado donde celebran comparsas donde tocan canciones del calipso de El Callao.


La celebración


Los carnavales de El Callao tienen como génesis en los libros, el año 1914; pero los cultores de la zona explican que a finales del siglo 18 existía esta celebración junto a su fiel acompañante el calipso. Con el pasar de los años y la modernización, la líder social Isidora Agnes, conocida como “La negra Isidora”, tomó las riendas de este movimiento cultural y social, considerada la principal precursora del calipso a través de las Madamas.


La Negra Isidora nació en 1923, en la isla Santa Lucía y de un año llega con sus padres a Venezuela, los cuales tomaron El Callao, como lugar de residencia. Esta mujer de voz gruesa y gran carácter supo defender los intereses de un colectivo antes las diferentes autoridades, por lo que era una pieza fundamental en la toma de decisiones de esta población que sabía ser feliz con poco, pero dejando claro que ese poco no se lo iban a dejar robar por nada.


La era moderna


Las generaciones fueron creciendo y entendiendo la importancia del calipso y lo que significa para sus raíces y decidieron hacerlas propias, sumando instrumentos locales como el cuatro, rayo, triángulo y tambor, el cual muy diferente al de nuestras costas.


Luego sumaron guitarras y bajo eléctricos y hasta en algunas oportunidades metales, haciendo que toda una mezcolanza cultural nutriera el sentir de un pueblo.


Reivindicación social


Los cultores del calipso defienden la fecha. Refleja años de lucha social por demostrar que este género musical va más a allá de un simple ritmo. José Ignacio Ibarra, músico, poeta, promotor y defensor de la cultura callaoense, dice sentirse contento con la designación de una fecha nacional para el calipso y emplazó a los movimientos sociales a sumar esta victoria como propia. “Es importante la relevancia que se le está dando tanto al calipso como al pueblo de El Callao, que ha dado tanto al país, no sólo el aspecto minero sino también el ámbito gastronómico, cultural y turístico. De verdad esta reivindicación es de todos porque así se debe sentir”, detalló Ibarra.


El músico también disertó sobre la necesidad de entender la responsabilidad que representa este logro alcanzado. Fue enfático al asegurar que se debe cuidar cada espacio ganado. “Debemos ser responsables de cada acto, escuela, comunidad, agrupación cultural, escuela de Madamas y escuela de medio pinto porque debemos colocar el calipso en el sitial que debe estar y así reflejar esa lucha histórica de nuestra gente”, indicó.


Ibarra señaló que el siguiente escalón es lograr que se celebre un día internacional del calipso, donde sean incluidas Las Antillas, como reconocimiento al génesis del canto. La realización de festivales nacionales e internacionales, simposios, encuentros y hasta un Récord Guinness, según Ibarra, formaría parte de la agenda que desde los diversos cultores callaoense deben ser elevada al ejecutivo nacional para que sea una realidad. Recordó que los carnavales de El Callao, cuyo principal atractivo es el calipso, le pertenecen al mundo por ser Patrimonio Histórico Inmaterial de la Humanidad que ya no sólo es de un municipio o estado, “le pertenece al mundo”, dijo.


Pedro Antonio Méndez, conocido como la voz oficial del calipso en Venezuela, comentó que esta fecha eleva el sentido de pertenencia que ya posee el pueblo y resaltó el compromiso de hombres y mujeres por dejar en alto este movimiento. “El calipso es un ritmo cadencioso, sabroso pero que también representa e identifica a un pueblo con sus logros, luchas, metas propuestas y alcanzadas”.


Las madamas


Entender el calipso como movimiento social implica comprender todo el principio cultural que en él reside y Las Madamas representan el aspecto materno de un sentir que gestaron las mujeres. De vestidos coloridos, son admiradas y respetadas por todos, y consideradas una figura de autoridad, ya que su traducción al español es “Señoras”. Servían como niñeras en los hogares de los extranjeros, donde en algunas ocasiones hacían labores domésticas y hasta enseñaban a los niños el francés y el inglés, además de canciones de su cultura por lo que la consolidación de estas canciones y sus letras formaban parte del día a día de los patronos de aquella época. La Negra Isidora es un ejemplo de estas mujeres.

***Si quieres recibir en tu celular esta y otras informaciones, siguenos por Telegram, ingresa al link https://t.me/UpataDigital y dale click a +Unirme

Síguenos en: -Click Aquí-> Instagram

Síguenos en: -Click Aquí-> Facebook

Síguenos en: -Click Aquí-> Twitter

Síguenos en: -Click Aquí-> Grupo de WhatsApp

Facebook Diario Upata Digital Publicidad