El pasado 27 de junio se cumplieron dos años de la entrada en vigencia de la Ley de Etiquetado, con la cual Chile restringe y alerta sobre el consumo de comida “chatarra” y otros alimentos de alto contenido en grasas, sales y azúcar refinada; una estrategia encaminada a combatir la expansión de la obesidad infantil, comenta e informa la Fundación Torres-Picón.
Se trata de un instrumento legal que establece la obligación de colocar en el empaque de dichos alimentos un sello negro, grande, con la advertencia “Alto en…” que previene al comprador del contenido del alimento.
Asimismo, esta ley establece estrictas normas para la publicidad de estos alimentos dirigidas al público infantil, así como un rígido control del expendio de los mismos en las escuelas del país. A partir de este aniversario, se resolvió ampliar la lista de alimentos que deben llevar este sello.
La entrada en vigencia de esta ley es el fruto de la labor que durante diez años llevó a cabo el senador Guido Girardi, médico, a pesar de la férrea oposición de las empresas que producen estos alimentos; fueron diez años de manifestaciones callejeras y enfrentamientos con diferentes elementos interesados en impedir que fuera sancionada, pero al fin se logró su aprobación.
En cuanto a los objetivos que se han pretendido alcanzar mediante la implementación de esta ley, expresó el doctor Girardi: “Lo que nosotros queremos es que la industria venda alimentos y no basura”; señaló asimismo que la información nutricional que ha aparecido en los empaques hasta ahora es ininteligible, formulada con el fin de confundir al comprador. “Eso es lo que buscan, que la información de lo que es este producto sea tan confusa que tú no la puedas entender”.
Indicó el senador que es necesario iniciar una intensa campaña educativa que promueva el regreso a la “cultura de cocinar” y disminuir el consumo de alimentos procesados, a fin de lograr que la población adopte hábitos de vida saludable y una alimentación más sana y balanceada. No descarta que en un futuro próximo se establezcan impuestos y mayores regulaciones a la venta y al consumo de la denominada “comida chatarra”.
Por su parte, Rodrigo Álvarez, presidente de la cámara de empresas alimenticias, manifestó: “Nosotros compartimos plenamente los objetivos de esta ley. Creemos que hay un problema de obesidad, que hay que promover formas de vida saludables y que hay elementos de la Ley de Etiquetado, como los quioscos de vida saludable, que son positivos”.
Expresó el empresario que “el problema no es necesariamente la cantidad de azúcar que tenga cada producto; es el tamaño y la cantidad de las porciones y por eso nosotros proponemos un abordaje más explicativo de la norma para que la gente modifique sus hábitos alimenticios”.
Es oportuno mencionar que proyectos similares a la Ley de Etiquetado chilena han sido promovidos en otros países del hemisferio, como Colombia, Estados Unidos y México; sin embargo hasta ahora no se ha logrado nada en cuanto a su implementación, en gran parte debido al rechazo del que han sido objeto por parte de algunos empresarios de la industria alimenticia y también de una considerable proporción de la misma población a la que se intenta proteger.
El vocero y presidente de la Fundación Torres-Picón, Pedro J. Torres, enfocada internacionalmente en la tarea de prevenir tanto la obesidad infantil como el sobrepeso, y en promover el arte, la cultura y la educación como herramientas para la superación de los niños y jóvenes, dijo que tanto las autoridades chilenas como sus empresarios están dando un gran ejemplo de madurez y sensatez en favor de las comunidades, y en especial de los niños y jóvenes. Es en nuestra opinión a lo que ha venido apostando la Organización Mundial de la Salud (OMS), cuando ha informado y producido documentos de alcance global, que buscan sensibilizar y dar a conocer el grave problema mundial de salud que significa la vigente epidemia de obesidad, que afecta a todos los continentes.
GF/EDC
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