"Yo soy un ejemplo de ciudadano que desde niño leyó la Biblia. Soy fiel creyente de que es bueno y edifica, y yo mismo soy el ejemplo, aseguro", afirmó el presidente hondureño.
Hernández defendió su postura, alegando que el articulo 151, que menciona el concepto de laicismo, "no significa que el Estado debe ser ateo".
"Yo creo que un pasaje de la Biblia, comentado y explicado en el aula de clase a los niños que están en formación y educando, primero, no le hace daño a nadie; por el contrario, edifica", dijo el mandatario, enfatizando que la Biblia enseña la bondad, honestidad y decencia.
"Soy fiel creyente de que eso es bueno y edifica, y me parece que buscando el mecanismo adecuado en las iglesias, ya sea con manuales que infunden principios, valores y comentan hechos e historias de la Biblia, forman la personalidad del individuo", argumentó el mandatario.
Recalcó que "se le hará un tremendo bien al país", a la vez que se comprometió a continuar con este objetivo. "Yo estoy listo para trabajar en esa dirección".
"El hecho que yo siga siendo presidente, es por mi formación en valores cristianos y por la bendición de Dios", expresó.
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