Publicidad
Publicidad

Denuncian extracción de tierra con mineral aurífero en Escuela Técnica Agropecuaria de El Callao

La extracción de tierra también amenaza con dejarlos en condiciones de peligro antes las crecidas del río Yuruari durante la época de lluvia. Vecinos temen que sus casas puedan quedar inundadas.


Habitantes del sector Matapalo de El Callao denuncian movimientos de tierra por parte de la Compañía General de Minería de Venezuela (Minerven) para sustraer material aurífero en espacios correspondientes a la Escuela Técnica Agropecuaria Luis Morillo Colmenares. Temen que esta extracción y una crecida del río Yuruari inunde sus casas.

“Eso nos va a dañar a todos”, expresó una residente de la comunidad que prefirió no identificarse. En 2012 este sector quedó inundado ante la crecida del río y sus casas se destrozaron al ser sobrepasadas por el agua, temen volver a vivir lo mismo sobre todo cuando en la comunidad habitan niños y adultos mayores.

De acuerdo con la fuente, 52 familias viven en el sector, cuando quedaron inundados hace ocho años solo tres viviendas se salvaron de la crecida. Señaló que Minerven y personas ligadas al consejo comunal plantearon retribuir la extracción con 20 gramas a cada familia.

“Eso es pan para hoy hambre para mañana”, dijo la ciudadana, aseguró que se están aprovechando de las necesidades de la comunidad sin dar garantías de que pueda garantizarse ese pago.

Para los meses de febrero el Complejo Industrial Domingo Sifontes también realizó un levantamiento de tierras que debía ser retribuido a la comunidad con mejoras en servicios eléctricos, alumbrado y agua, pero los trabajos solo se completaron en un 50% de lo acordado, afirmó la fuente.

Esta nueva extracción de tierra comenzó el 3 de noviembre

“Material estratégico”

Aunque algunos otros representantes del consejo comunal se intentaron oponer a la extracción de la tierra, esta no pudo ser impedida al considerarse “material estratégico” para el Gobierno nacional, comentó. La maquinaria está sacando parte de la tierra donde habitaban animales, la profesora afirmó que Minerven se comprometió a acondicionar nuevamente el espacio.La escuela granja -como es conocida por la comunidad- tenía una matrícula entre 200 y 300 alumnos, hoy en día no alcanza ni los 120 estudiantes. Cuando anteriormente podían graduar 20 técnicos medios en ciencias agrícola, para este año apenas llegaron a cuatro. Una profesora indicó que lo último que sembraron fue auyama en el mes de enero.

El centro educativo durante los primeros meses de pandemia intentó usarse como un Puesto de Asistencia Sanitaria Integral (PASI) pero nunca funcionó. La profesora declaró que la escuela se mantiene en recuperación y que, aunque es preocupante la extracción de tierra, directivos están tratando de lograr mejoras estructurales para la institución por parte de Minerven.

Pérdida de animales

En la escuela granja se criaban vacas, chivos, cochinos, conejos, gallinas y pollos, además servía para la siembra de tomate, maíz y la producción de queso y huevo, pero esto es algo que ya no se realiza desde hace más de un año al no tener quien cuide los animales.

“El mejor queso era el que se fabricaba en la granja”, expresó otra de las habitantes de El Callao que prefirió mantenerse en anonimato por temor a represalias. Cuenta que hace cinco años atrás podían haber más de 50 animales, pero hoy en día no hay ni uno.

Señaló que la extracción de tierra le ha robado al río su cauce y pueden afectar a la comunidad durante una crecida en la época de lluvia. Teme que personas puedan perder sus viviendas o morir ante la inacción de organismos del Estado. “Eso está sucediendo a los ojos de todos los funcionarios”, expresó.


CDC/José Rivas 

***Si quieres recibir en tu celular esta y otras informaciones, siguenos por Telegram, ingresa al link https://t.me/UpataDigital y dale click a +Unirme

Síguenos en: -Click Aquí-> Instagram

Síguenos en: -Click Aquí-> Facebook

Síguenos en: -Click Aquí-> Twitter

Síguenos en: -Click Aquí-> Grupo de WhatsApp

Facebook Diario Upata Digital Publicidad